miércoles, 28 de julio de 2010

La inmaculada voluntad de Cataluña

(Toro de Jandilla)

Hoy en Cataluña han prohibido las corridas de toros. ¿Prohibirán la soleá, la seguirilla? Hay en ella, lucha, sangre, dolor y muerte.
Copio de aquí (Diario República Constitucional) un gran artículo de Óscar, del 26 de julio de 2010.


¿Es el seny el espíritu del pueblo catalán?, ¿es lo único que une a todos los catalanes sin diferencia y sin impedimento posible, como dice el señor Montilla? ¿Se encarna el seny, además de en todo catalán bien nacido, en los partidos, el Estatuto y la Generalidad y, por tanto, esa identidad apolítica hace innecesaria la representación política en Cataluña? ¿La voluntad del pueblo catalán es el cuerpo inmaculado del que surge la salvación nacional y los verdaderos catalanes deberían ser innatamente conscientes de la forma y límites de su Estado soberano? Si fuera cierto que la nacionalidad es objeto de elección, ¿no sería de rigor contar primero con la capacidad de elegir y después con la posibilidad de elegir la nacionalidad? Sin embargo los nacionalistas ofrecen su libertad invertidamente, primero la del pueblo y después la de los individuos, cuando lo único que podría justificar remotamente un razonamiento así sería la ocupación militar del país por parte de un ejército extranjero… pero, entonces, ¿no se constituirian bien el terrorismo bien la desobediencia civil en las únicas opciones patrióticas?

La respuesta común a todas estas preguntas es que el nacionalismo es desecho político, una de las escorias que resultan de la cristalización milenaria de la servidumbre. La inteligencia provincianada, como la clasista, es incapaz de comprender hasta qué punto esta ideología hace el juego al Estado que pretende destruir, pues el empeño en la segregación horizontal dinamita la posibilidad de lucha vertical común; ni que cuando, en su caso, llegara la caída del Leviatán esta sería debida a que la sociedad que lo sustentaba, incluida la fracción separatista, habría dejado de tener aliento político. Jamás habrá nacionalismo en aquello que se construye y sabido es que la libertad siempre está en construcción.

El nacionalismo es fruto, como ya se ha escrito en estas páginas, de la desactivación política de la sociedad a través de la mentira. Los nacionalismos desarrollados entre los siglos XIX y XX, hijos descarriados de la filosofía alemana de finales del XVIII y prestigiados por la burda comparación de su objetivo ideológico con la vicisitud real de las colonias contemporáneas en su lucha por la independencia, aparecieron en la escena histórica porque el parlamentarismo daba muestras de, frente al comunismo, ser incapaz de favorecer la sazón institucional de la libertad. A consecuencia de ello las masas creyeron encontrar su identidad política en el ímpetu telúrico que vislumbran tras el folclore, proyectado este hacia el destino espiritual de la raza-nación. La deconstrucción de la Política estaba de nuevo en marcha. El nazismo fue la culminación histórica del nacionalismo, por eso es desconcertante que hoy, en España, la izquierda haya accedido tan alegremente a tomar el relevo para portar esa bandera.

La causa nacional justifica con el mito de La Arcadia lo que el paradigma falsario presenta como dato histórico: la mentira. La mentira que, una vez asimilada por la mente, se cuela en todos los comportamientos. Por eso ellos pueden ser de izquierdas y nacionalistas, independentistas y miembros del Congreso de los Diputados, demócratas y representantes del Estado, o criticar el partidismo político presente en el Tribunal Constitucional ofreciendo como alternativa un tribunal partidocráticamente repartido, pero catalán. Y es que la mentira, la superstición y la ambición unidas generan aberraciones ejemplares. Es monstruoso que una persona inteligente y valiente se congratule de no querer -aunque se diga no poder- entenderse con otra del mismo ámbito cultural, sometida al mismo Estado y gobernada por la misma oligarquía. Pero así es; los nacionalistas sienten alivio en la confusión, pues sólo la confusión asemeja lo naturalmente desigual. Y, en política, desiguales son la causa de la libertad universal y la causa de la independencia particular. Los teólogos árabes igualaban la teología a la filosofía en virtud del concepto de “Verdad de doble nivel”: verdad de la fe y verdad de la razón. Hoy, la verdad de doble nivel ha sido transformada en los muy honorables “Opinión de doble nivel” y “Sentimiento de doble nivel”; opiniones y sentimientos de rango regional y de rango estatal, que los separatistas tanto precisan. Sería una verdadera contrariedad para un Robinsón Crusoe catalán y nacionalista que Viernes también lo fuera.

La mentira connatural a la ausencia de libertad, unida a la intuición de acierto y de éxito que proporciona el enardecimiento de las masas ha disparado la difusión de falsedades hasta hace muy poco tiempo imposibles de enunciar sin pudor. Es falso que Cataluña sea una nación oprimida por Castilla. El delirante razonamiento según el cual un madrileño o un extremeño no pueden negarse a ser españoles mientras que un donostiarra o un catalán sí, suele refugiarse en último término en la pretendida existencia de un devenir histórico o cultural incompleto de ciertas regiones. Pero si se apela consecuentemente a la realidad, esta es la que es y no la que gustaría, es decir, ni el País Vasco ni Cataluña han sido territorios en los que haya surgido un Estado propio. En lo que respecta a la tozuda Historia, poco importa si Castilla y Cataluña son naciones, si alguna vez lo fueron o si podrían serlo; lo cierto es que son parte integrante (cooperación histórica) de la nación que dio origen, soporta y se somete al Estado español. Es también falso que el nacionalismo sea independentista pues ninguno de los derechos que reclama para un territorio, pueblo o nación, sería tenido en cuenta en los subterritorios, subpoblaciones o subnaciones surgidos en su seno al calor de la lógica (sublógica) independentista. Y es, por último, falso, que el nacionalismo sea un comienzo de la libertad, pues este nunca puede asentarse en una exclusión; la exclusión de los iguales ante la opresión.

El nacionalista ibérico cree estar más cerca de su amo regional por razones históricas, geográficas y genéticas que, por razones políticas, del resto de ciudadanos del Estado al que pertenece a regañadientes. De manera que muy difícilmente será leal a la causa de la libertad; siempre se sentirá sucio colaborando con quienes no son catalanes si catalán, vascos si vasco, o vetustenses si Clarín. En el mejor de los casos colaborarán con quienes buscan la libertad hasta que se presente la oportunidad de pactar con cualesquier otros en nombre de la ventaja territorial, como hicieron en los setenta del siglo pasado. Hasta tal punto es así, que esta actitud oportunista se ha constituido en la idiosincrasia institucional de los partidos nacionalistas. Pero la consecuencia palpable de dar prioridad a la liberación de todo un pueblo sobre la liberación de cada uno de sus ciudadanos es la renuncia a traer la República y la democracia a Europa. Cuando se mantiene que una u otra región sería más fácilmente “democratizada” que todo el país sometido al Estado real, se está diciendo, además de que quien emite el mensaje y sus compadres son culturalmente más aptos para la libertad que el resto de los mortales, que se rechaza la revolución necesaria.

Lo social matiza lo común y lo nacional acota lo social. A su vez lo nacional se encuentra articulado en lo estatal y estetizado (convertido en valor) en lo patriótico. Pero ninguna patria sin libertad pasa de cárcel mental. Ni siquiera la literaria patria de las ideas. Nuestra, de quienes consideramos los hechos que no hemos elegido porque no se pueden elegir -como la nacionalidad- una circunstancia que hay que asumir a la hora de crear la parte de la vida en común sobre la que tenemos potestad, es la patria natural entendida como valor de la acción política real una vez aprehendidas en esta acción la libertad y la ausencia de destino. Suya, de quienes hacen de los hechos no dependientes de la voluntad materia del Derecho, es la patria ideológica -valor de la razón de Estado- surgida de una intuición de pureza que, a su vez, brota del sentimiento de asco-miedo, miedo a los otros, ya sean los españoles, los ricos o los judíos.

La interpretación que hacen los caudillos nacionalistas catalanes de la sentencia del Tribunal Constitucional expresa la necesidad que la oligocracia catalana tiene de un nuevo paradigma: el de que la Constitución impide el desarrollo político de Cataluña. No saben lo mucho que aciertan y lo poco capacitados que están, precisamente ellos, para resolver el problema.
Por Óscar.

lunes, 26 de julio de 2010

Crónica Chaouen 20 de julio 2010, por VEGA.

(Carlos Chaouen).

Os dejo esta crónica recogida del foro http://www.carloschaouen.com/ y escrita por VEGA. Gracias Vega. Para mí fueron dos conciertos memorables; y casi mejor el segundo día. Salud.
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He estrenado cuaderno para escribir esta crónica. Son más de las 3 de la mañana. A las 9 tengo una reunión pero no puedo (ni tampoco quiero) dormir.
Voy a dejar que pase la noche aquí sentada, en el medio de esta cama.
He estrenado un cuaderno que dice "apunta a la luna, incluso si fallas caerás entre estrellas". Dice eso pero en inglés. Me lo regalaron hace meses porque esa es la idea.
Decía yo que lo de Chaouen es como esos recuerdos de infancia. Eso de "el mejor pulpo a feira lo comí con 12 años en Casa Pepe y como ese ninguno". Puede uno pasarse lustros hasta comprender que no recuerda el sabor. Que vive de la leyenda. Decía yo que es imposible que Chaouen esté a la altura de su leyenda.
Para mi él es los orígenes en Madrid. La independencia. Salir todos los días de la semana. Las citas de domingo. Los chicos con coche. Buscar aparcamiento. Es imposible lidiar con eso, con el mito adolescente en ebullición. El mito creado por la yo de hace 12 años que se pasaba horas alisándose el pelo. Ahora no tengo ni secador.
Pero hace un rato Chaouen dejó la leyenda y el mito en el subsuelo.
Hace un rato, casi ahora mismo, Libertad 8 recuperó la magia que siempre tuvo.
Ventiladores de palas, vigas de madera, luces amarillentas de decadencia elegante. Sillas y mesas disparejas. Un espejo que todos pensamos que nadie más ve.
Músicos en el escenario.
Cuando Chaouen canta así, como hoy, empieza como ha empezado hoy. Arrollándonos. Alardeando de lucidez, lucimiento, colmándonos los deseos.
Cuando empieza así y luego sigue mejorando, midiendo las intensidades con la precisión exacta que sólo se consigue desde el puro institno, es el mejor. Insuperable.
Consigue que me sobre la ropa. Que literalmente me den ganas de desnudarme al ritmo de su voz con uñas romas que se arrastran por la espalda.
Alrededor de la columna vertebral.
Cuando Chaouen hace como ayer y canta las nuevas, las viejas, las no tan nuevas, las aun más viejas, las clásicas y las que contriubirán a agrandar el mito.
Cuando sus manos expertas me abren la boca, me dejan sin palabras (es complicadísimo dejarme sin palabras)
Cuando hace todo eso, podría pedirme casi cualquier cosa. Daría lo que fuese para que siguiese cantando y toncando así. De inspirado, de sonriente, de tranquilo, preciso.
Creo que ya lo he dicho. Fue exacto y concreto. Efectivo. Demoledor.
Me enamoró, me convirtió en la fan más entregada. A mi. Que cuesto tanto. Dicen algunos que cuesto mucho. Otros cometen el error de considerarme demasiado fácil. No soy ni lo uno ni lo otro.
Lo que pasa es que he probado lo bueno. He visto a Chaouen volverme loca. Sé los efectos de su voz y su música en mi organismo de hedonista. Y cuando a una mujer como yo, con un gusto exquisito, se la acostumbra a lo mejor, siempre pide lo mejor.
Es capaz de percibir la diferencia evidente entre una micro explosión controlada y un orgasmo múltiple, largo, ascendente.
Uno de esos que empiezan empapándote, que te dejan tiempo para imaginar lo que viene luego, que adelantan o superan o rebasan a tu imaginación pillándote con el pie cambiado. Que te abren cada poro de la piel, que alteran el ritmo cardiaco, todos los ritmos. Que modifican el relleno capilar, los olores, la percepción de los colores. Todo. Sin más química que la música buena directamente disparada al centro del placer. Esa zona mínúscula donde todo empieza. Extendiéndose en oleadas concéntricas hasta ocupar su lugar. Preparándose.
Y cuando parece que no es posible disfrutar más. Cuando Buenos Aires es tan placentera y tan perfecta que duele, cuando pareces exhausta y sin fuerzas y pides que se acabe. Que sea.
Entonces, justo entonces, ni un segundo antes, el mito, la leyenda en día grande, para de golpe.
Para y mira y dice: espera. Todavía te queda. Todavía te queda muchísimo. Te vas a enterar.
Ya no queda más que el abandono sin ansia.
Te rindes (me rindo) te entregas, te dejas. Y cuando ya has perdido los papeles canta como nunca. Como nunca. Mejor de lo que podrá cantarla jamás. Canta justo esa. Mira que hay canciones. "Por las noches nace el verbo resistir". Acabando con la inexistente resistencia a nada. Y ahí sí. Termina.
Pero como los mitos, las leyendas, termina para poder volverlo a empezar todo.
Hace un rato Chaouen fue generoso con el público (3 horas perfectas) y con sus músicos que le devolvieron la generosidad.
Hace un rato Chaouen fue brillante.
Dicen que cuesto mucho. Yo creo que no. Pero cómo conformarse con un aquí te pillo aquí te mato cuando son músicos capaces de esto. Por mucho que todo tenga su encanto, lo sublime está al alcance de muy pocos.
Muy muy pocos. Él es uno de esos pocos

P.S. iller, que me conoce, sabía que hoy había crónica. Le dije que Carlos Chaouen se merecía una crónica que no soy capaz de escribir. Una que estuviese a la altura de lo de anoche. No soy capaz de escirbirla pero sí de intentarlo. Este es mi intento. En 90 minutos sonará un despertador inútil. Sigo paladeando. Esta noche repite en Libertad 8. Corran. Lleven poca ropa y ninguna prisa. Pongan sus sentidos en las manos de Don Carlos Chaouen. Déjense hacer. Van a disfrutar. No sé si tanto como nosotros. Puede que incluso más.
Hace un rato aprendí hasta qué punto este hombre es capaz de dejar su propia leyenda a la altura del betún.

P.P.S Gracias a Iller y Ro, porque son la mejor compañía posible para noches como estas. Es difícil encontrar seres humanos (más que futbolistas) capaces de sentir exactamente lo mismo que tú sientes. De entender la admiración, la música y los orgasmos musicales (como atenuantes de crímenes) de la misma forma que tú. Es maravilloso girarte y ver sus sonrisas como un espejo del brillo de tu propia piel.

martes, 20 de julio de 2010

C. Chaouen en Libertad, 20 y 21 julio


Esta noche en Café Libertad 8, a las 22:00 h, con Alex y David.


Mañana repito sólo, a la misma hora.


Salud!


...que calor, cojone...

martes, 13 de julio de 2010

Carlos Chaouen, Tenerife y Madrid

(Carlos Chaouen, por El Selenita).
El jueves 15 de Julio estaré en acústico (sólo) en el Búho Club de La Laguna, Tenerife.

El sábado 17 de julio, con Alex Martínez y David Rodriguez, en Clamores, Madrid.

Salud!

Carlos.